A EVA SOL.
Ayer conocí a una mujer que me impactó. Tengo suerte. Me encuentro con gente inspiradora mientras camino por este sendero de la vida. Eva es una mujer 10, pero ella no lo sabe. Dice que, durante años fue una mujer florero, me pregunto si sigue dudando que su jarrón iba acompañado de las flores de su aguante, saber estar y ganas de aprender. Pudo hacer la tesis de su carrera de psicología sobre todo lo que vio, calló y sufrió, y, sin embargo, se lo guardó para ella.
Eva fue madre y lo ejerce lo mejor que puede, sabe y le dejan. Estuve por decirle que no va a tener más remedio que improvisar y actuar sobre la marcha.
Eva bebe del recuerdo de un par de ángeles que la miran sentados en dos estrellas: Déjate guiar por su brillo.
Eva busca sus habichuelas en un mundo complicado. Desde el colegio ha sido arrinconada y hay quien llevando su misma sangre la agrede con exigencias estúpidas. Quise gritarle ¡Ánimo!¡Mira todo lo que has superado!
Eva es verano. Es una leona. Eva es vida. Causa inseguridad y temor a su paso. Porque los soles brillan tanto, que solo un buen guerrero lleno de madurez y experiencias que compartir puede servir de compañía.
Eva escucha valoraciones que no le hacen bien. Y eso me da rabia.
Ojalá Eva lea a su nueva amiga y siga sus consejos.
“Siempre adelante”
“Devora la vida, te juro que no engorda, pero se acaba”
“ Bébete las lágrimas, que para eso llevas un mar dentro”
“Cabeza erguida, hacia el cielo”
Deja a los que hablan a tus espaldas ahí mismo, detrás.
Haz que escuchas a los que te denigran y canta por dentro “I Will survive”
No sé cómo terminar. Quizás resumiendo:
No eres rubia, eres sol.
Ad maiora.