EL MALNACIDO CON MÁS SUERTE DEL MUNDO QUE DUERME CON UNA ANGUILA.

Victoria Fortún
3 min readJan 21, 2021

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Me han despertado sus movimientos. Es como una anguila. Nunca he dormido con nadie que se mueva tanto en la cama. Me gusta mirarla e imaginar que su sueño es relajado, que su cuerpo descansa y su cabeza deja de temer que yo me pierda.

He de decir que soy el malnacido con más suerte del mundo.Así, con todas las letras.

Mis padres me regalaron una infancia sin lujos. Son obreros y nosotros éramos cuatro bestias salvajes y una niña que ha acabado dominándonos a todos. Siempre fui el raro.El que tenía más complejos y necesitaba destacar, ser popular y pertenecer a un grupo.En mi afán por sentirme querido y especial, el moderno de la pandilla, fui de los primeros en caer en la droga. Perdí todo.Tenía 20 años y no logré rehabilitarme hasta casi los 40.

Robé a mis padres.No solo dinero.Les resté vida, alegría, les quité sueño.Se vieron obligados a prohibirme la entrada en su casa, ahorraban parte de sus pagas de verano y Navidad para cuando prometía dejarlo si me ingresaban…

Cuando regresé al mundo real, no tenía formación. Las secuelas de la droga se manifestaban en mi cara, mi cuerpo, mi sistema inmune e incluso en mi cerebro.Mis hermanos no me conocían y por supuesto no se fiaban de mí, ni me permitían involucrarme o dar consejos a sus hijos. No los culpo.No he estado en ninguno de sus momentos importantes.

Rosana fue mi ángel. Siempre me ha gustado dibujar. La conocí en un taller de ilustración y me hizo sentir empoderado cuando juzgó mi obra cómo llena de fuerza y sensibilidad.Un poco de cariño.Un kilo de sonrisas y unas conversaciones hasta la madrugada en las que me confesé y me vacíe del todo, hicieron que encontrase motivos suficientes para ser mejor, estar mejor y aparte de ganarme un puesto en la sociedad, lograr perdonarme.

Gracias a Rosana aprendí a amar. Te reirás, pero ni siquiera soy muy consciente de cuantos polvos he echado cuando estaba hasta arriba. E incluso he dejado que me sodomizaran para conseguir mi dosis.Entregar mi cuerpo, ser paciente, disfrutar y sobre todo ser consciente de cada minuto, de cada caricia, eso, eso es vida. No la que yo tenía, ni siquiera los momentos en los que mi mente viajaba al calor del infierno.

Siempre seré un drogadicto. La sombra de la niebla que se me llevó y por la que me dejé arrastrar siempre me persigue.

Pero juro que ahora soy más adicto a las líneas, al color, a los materiales varios que uso en nuestro estudio de dibujo y sobre todo, soy adicto a la curva de su boca cuando me sonríe y al movimiento de pececillo en el mar de sábanas que nos arropan.

Imagen de ARTEnet.es

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Written by Victoria Fortún

Me gusta contarme historias y por eso las escribo. Mi cerebro bulle . Estornudo letras. Invento ficción para no morir de un cólico de realidad.

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