ELENA SERRANO CAÑERO.

Victoria Fortún
3 min readDec 5, 2020

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La escritura me ha dado muchas alegrías, entre ellas conocer a gente que, sin saberlo, han traído magia a mi vida.

A Elena la conocí en la boda de su prima. Tiene una dulzura especial y tanto amor, que es imposible que no te salpique con un poco. Desde que empecé a compartir capítulos de novelas románticas, ella ha sido una incondicional,enamorándose de mis protagonistas («Quiero un Ben Cole en mi vida», decía.), mandando mensajes de voz, e incluso disculpándose por no haber tenido tiempo para leer.

Tiempo dice.

Ha pasado 5 meses viajando de un sitio a otro de Andalucía, trabajando en distintos hospitales como T.C.A.E (Técnico en Cuidados Auxiliares de Enfermería). 6 contratos en 5 meses, pisos compartidos con más gente y no sé cuantos compañeros que ha ido conociendo durante esta pandemia. Siempre con una sonrisa, feliz de la vida viendo muerte, oliendo a sudor bajo el EPI, enfadada por que ella sí:

Sí ha visto muertos, gente agonizando, acabando sus vidas con el ruido de fondo de las máquinas.

Sí ha sentido rabia cuando saliendo de una guardia, de 12 horas ha visto botellones y terrazas llenas, sin distancias y seguro que sin mascarillas en algún caso.

Sí ha tenido pesadillas y aún recordaba hace unos días los gritos desconsolados de una madre recibiendo la noticia de que su hijo treinteañero no había superado la enfermedad.

Sí, se ha sentido culpable por reírse de cualquier tontería, después de un día de mierda en los que han muerto muchos.

Ella sí se ha infectado, por estar en primera línea y sí, tiene miedo a que esto se alargue en el tiempo y no poder disfrutar de su sobrino Mateo y viajar más a menudo a verle.

Yo NO podría ejercer una profesión así NUNCA. Creo que me pasaría la vida llorando y me llevaría las caras de los enfermos a casa.Me da repelús la sangre y me imponen las heridas, aunque no sean las mías. No quiero ni imaginar lo que debe estar viviendo este colectivo ni el alivio que debe sentirse cuando se percibe dulzura y entrega a pesar del cansancio cuando alguien así te atiende y ayuda en el peor momento de tus días.

He visto en su Instagram cómo nos contaba lo larga que había sido la noche, con ojeras y aún así sonriendo, publicando mensajes de amor hacia su gente, podéis estar muy orgullosos, menuda niña bonita es.

Los sanitarios no necesitan aplausos, si no responsabilidad, tanta, que ningún enfermo les pueda contagiar, porque hemos usado el cerebro, y entre todos, hemos acabado con el virus.

Este blog de hoy es todo tuyo, Elena Serrano Cañero. Gracias por todo. Sé que vas a salir de esto y que estarás atenta a los siguientes tipos buenorros y sensibles que protagonizarán mis siguientes novelas.

Las Fortunitas del grupo te mandan mucha fuerza.

Te espero en Madrid, cuando podamos vernos las sonrisas y reírnos de la vida que llenará las calles.

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Victoria Fortún
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Written by Victoria Fortún

Me gusta contarme historias y por eso las escribo. Mi cerebro bulle . Estornudo letras. Invento ficción para no morir de un cólico de realidad.

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