FANTASEANDO III

Victoria Fortún
3 min readJan 3, 2021

--

Esto es una puta pesadilla.Mis compañeros me cuidan. Han sacado el tubo de mi traquea. Por fin mis pulmones funcionan.Pero hay una losa sobre mí. No logro moverme con habilidad, ni siquiera una poca.

Me digo que es algo temporal. Hay poca gente de servicio en planta.Me han traído antes de tiempo porque necesitan espacio en la UCI y yo se supone que estoy mejor.Mi compañera me da mi móvil.Se disculpa porque tiene que marcharse.

— Es Nochebuena y la mitad de la plantilla libra hoy.

Nochebuena.

La de Nochebuenas que he perdido enfadándome porque prefería quedarme en casa. No le he dicho a Rubén la verdad sobre mil fantasías navideñas, porque me puede más verle disfrutar como hacíamos nosotras.

Ahora mismo, quisiera estar sentada en la mesa del salón de casa de mis padres.Protestando por la cantidad de comida que cocina mi madre y porque mi hermana compra un cotillón ridículo que hace que Rubén abra por mí y me de pieza a pieza lo que debo ponerme.

Como si me hubieran oído, mi teléfono suena. Es una videollamada de mi hermana. Esta noche se quedan en casa con el enano ¡Madre mía!¡Qué grande está! Las dos tratamos de no emocionarnos mucho. Le saludo. Me manda besos. Sé que le ha impresionado mi estado y trato de despedirme pronto. Colgamos y por fin puedo llorar tranquila. Solo un minuto. El móvil vuelve a sonar. Número desconocido. Dudo un segundo y descuelgo porque no tengo nada más que hacer.

— Hola. Soy Juan. Me han dicho que ya estás en planta ¿cómo estás?

Trago saliva. No puedo creerlo.

— No me encuentro muy bien, la verdad.

— Si te sirve mi experiencia, poco a poco, te irás encontrando mejor. No quieras correr antes de andar, eso sí.

— Con poder darme una ducha y lavarme el pelo, me conformaría ahora mismo. — No quiero, pero se me escapa un puchero.

— Te entiendo. Oye, tienes que recuperarte. Tenemos pendiente una cita.

— Sí. Claro — He dicho con un tono que pretende avisarle de que conmigo no se juega.

— Hablo en serio ¿sabes? — dice. — No creas que es porque cuidaste de mí en el hospital.Ya tenía tu teléfono localizado hace mucho, desde nuestra conversación sobre Rubén. Es que me daba vergüenza llamarte.

Yo solo me río y reírme me da tos.

— ¿Te estás riendo de mí? — dice.

— Eres muy amable pero ¿tu me has mirado bien?

— Todo lo que he podido sin ganarme un bofetón.

— Juan. He tenido ocho contratos en dos años. He cambiado de apartamento cuatro veces. Estoy gordita y mi único novio se casó a los seis meses de dejarme.

— Vale. Te veo muy positiva. Te voy a ayudar: Solo ligo por medio de aplicaciones o en discotecas. Nadie me dice las cosas claras excepto mi madre y una mujer que me impresionó defendiendo la verdad de un niño de siete años y que meses después, comprobé que era una heroína.Me importa muy poco lo que peses y tu anterior novio que, está claro era un gilipollas.

— Gracias.

— ¿Puedo hacer algo más por tí?¿Mandarte un menú exclusivo por Glovo?

Me vuelve a hacer reír.

— Estoy deseando comer una pizza de jamón serrano de Domino’s y una tarrina de Haagen Dazs de nueces de macadamia.

— Te prometo que compartiremos ese menú cuando todo esto pase.

— Te cojo la palabra — digo agradecida cuando me viene otro ataque de tos.

— Descansa. Mañana te llamo. Feliz Navidad Eva.

— Feliz navidad, Juan.

Cuelgo y me siento muy sola. Lo peor de ponerse malito de esto es la soledad y lo mucho que necesitas de aquello que no puedes tener. Lo que antes no apreciabas tanto: abrazos, achuchones, conversaciones, caricias. Me prometo a mí misma quitarme el disfraz de tipa dura e inaccesible.

Sigo moneando con mi móvil cuando llaman a la puerta. Es uno de los auxiliares cargado con unos paquetes.

— Han traído esto para tí.Huele a gloria.

Una pizza de Jamón y una mini tarrina de mi helado preferido.

Una nota: este es el comienzo. Deseo que te mejores y tengamos nuestra cita por fin. No te rindas. Vas a salir de ese hospital muy pronto. Los tuyos y yo te estamos esperando.

Juan.

--

--

Victoria Fortún
Victoria Fortún

Written by Victoria Fortún

Me gusta contarme historias y por eso las escribo. Mi cerebro bulle . Estornudo letras. Invento ficción para no morir de un cólico de realidad.

Responses (1)