LA INFINITA CAPACIDAD DE AMAR.
Esta historia está dedicada a las obras de arte desconocidas, a esos hijos cuyos padres procrearon y después se negaron a reconocer, cuidar o querer.
Lía Morales, así se llama la artista a la que voy a conocer hoy, 21 años después de tomar su manita entre las mías y sentir un peso que no quise cargar.Decidí abandonar a su madre y a ella nada más llegar a casa, desde el hospital donde nació.
No ha heredado el espíritu de lucha de mí, eso está claro. Nos parecemos físicamente. Es la impronta recibió de mi parte. Pero el resto…es único en ella. La insistencia en aprender, la sensibilidad, el tacto. Todo se plasma en su suave pincelada y también, en sus versos llenos de dolor. Lía es la penitencia que Dios me ha enviado por el pecado que cometí: abandonarla.
Ha gestionado sus sentimientos estudiando, mejorando y triunfando y todo, según los expertos, lo plasmó en su obra.
Quiero verla desde cerca. Compro su último trabajo y espero pacientemente el momento de la dedicatoria como un seguidor más. Cuando llega mi turno me acerco a la mesa para que firme mi ejemplar.
Me mira. Sonríe y me ofrece asiento.
— ¿ Cómo se llama? — pregunta
Es muy bonita. Luce una sonrisa que sé se va a querer quedar a vivir en mi memoria.
— Me llamo Manuel.
Su seguridad y madurez me paralizan. Descubro en sus ojos un atisbo de tristeza y en mi corazón el remordimiento de no haber querido ni siquiera conocerla. En ese momento, me devuelve el libro.
— Espero que le guste, Don Manuel—dice a modo de despedida.
Mis pies me encaminan a la calle. Deambulo una hora y acabo sentado en una terraza ahogando mi culpa en ron.
Debería haberle explicado…¿que?¿que no la quise?¿que fui un cobarde y un egoista?
Abro el ejemplar con manos temblorosas para recibir la última estocada de mi conciencia:
Nunca entendí porqué no me amaste. Te necesité tanto…
He crecido sin tí. Pero si quieres, guardo intacto el amor que me sobró en noches de vacío, de padre ausente y preguntas que ya no sé si quiero que me respondas.
Tú, Manuel, siempre serás mi padre.Una parte de mí siempre te extrañará y querrá.Es mi naturaleza. A mí me sobra eso de lo que tú careces: la infinita capacidad de amar.