LA PROCESIÓN DE LA VIRGEN RUBIA.

Dicen que los unicornios no existen.Vale. Pues si no existen los unicornios…¡ Yo no juego!

Yo digo que, si esos seres maravillosos no existen, tampoco hay solidaridad ni empatía en el mundo.

Tú no has visto los unicornios y no puedes creer lo que no ves ( para esto tendría yo munición para tres guerras y dos mil blogs)

¿ Qué cómo lo sé yo que no hay solidaridad?

Pues porque me he asomado a la ventana y he visto la terraza del bar de abajo llena, a reventar, con cretinos celebrando el sol, aderezándolo de aceitunas y cerveza y SIN una sola mascarilla puesta. He contado 42 cretin@s 23 sin mascarillas.

¿ Multiplicamos eso por cada terraza o barrio de Madrid?

Es muy triste morirse. Pero morirse ahora que nos quedan meses para recibir la vacuna…es de bobos.

“Es que los pobres no pueden más". “Se están volviendo locos en casa, tanto tiempo", me diréis.

¿ Te acuerdas de la última vez que murió alguien que querías mucho?

Pues cada día muere gente en hospitales. Algunos agonizan atados a un respirador. Otros sienten como son dependientes absolutamente del oxígeno y tienen miedo de no volver a ver a sus hijos, nietos, amores…

Es precioso aplaudir por la ventana al ritmo del resistiré y salir a la procesión de Santa Virgen Rubia de Mahou.

Ya. Ya sé que yo estoy muy loca. Ya lo estaba antes del virus, no creáis. Solo que ahora soy menos creyente en el ser humano.

En fin. Os dejo.

¡ Arre, unicornio!