LOS GARBANZOS “a La Luisa”

Victoria Fortún
2 min readDec 2, 2020

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Cuando empecé a vivir con mi amor, creía que sabía cocinar cosas que nunca había guisado sola, sino con mi madre. Afortunadamente existía el teléfono. LLamaba a mamá y a mi suegra para consultarlas dudas y compré un recetario para apuntar cada plato con una referencia, el nombre de quien lo había hecho.

Un domingo mi suegra cocinó un plato a base de garbanzos. Me encantaron.No debí tener la etapa de preguntona a los 7 años, me dió superada la treintena y aún sigo con ella. Apunté cada ingrediente y sus instrucciones. Y hoy, me alegro.

Mi suegra no había estudiado. Pero sabía de economía doméstica y convivencia más que si hubiera vivido tres vidas.

Empezó a servir a los 7 en casa de una vecina que había tenido mellizos y necesitaba ayuda con la casa. Me contaba que se tenía que subir en un taburete para fregar los platos de la casa y la señora le pagaba con un plato de comida. Conoció a mi suegro a los 12 años y fueron compañeros de fatigas primero, y alegrías y calma después. A lo largo de 20 años, le pregunté detalles de su infancia, demasiado corta, de cómo eran los partos en casa, con su suegra de comadrona, hablábamos de lo divino, lo humano, incluso de sexo y los avances de la vida, las relaciones y la mujer.

He sentido millones de veces que soy menos. Menos afortunada, menos valiente y menos inteligente, pero nunca me he arrepentido de escuchar ni de ser una preguntona con mis mayores ni de decirles “te quiero”, más bien de no decírselo más veces mientras están aquí.

Luisa ha dejado un hueco enorme. Su casa durante casi un año me olía a ella. Están sus fotos, está su otra mitad, el abuelo y su urna a la que pregunto y contesto mientras su hijo y su marido me miran pensando la verdad, que estoy en mi mundo de locura.

A mí me ha regalado unos momentos inolvidables. Hemos sido suegra y nuera y en muchas ocasiones, hemos hecho frente común contra nuestros hombres, como si tuvieramos la misma edad. Hemos llorado sobre todo de la risa, la que le debe estar dando ahora mientras a mí se me queda borrosa la pantalla y se me llena la nariz de mocos. Me guardo muchas cosas que se quedan para mí, que la Luisita era muy pudorosa.

Si mi experiencia sirve, solo pediros que pregunteis a los vuestros sobre su vida, sus experiencias, sus días especiales, lo que les gusta…puede ser que, en un futuro necesiteis algo para recordarlos, como una maravillosa receta de garbanzos que apuntasteis en un recetario.

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Written by Victoria Fortún

Me gusta contarme historias y por eso las escribo. Mi cerebro bulle . Estornudo letras. Invento ficción para no morir de un cólico de realidad.

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