PAULA A SECAS Y LA VIDA SEGÚN SU MADRE.
Dedicado a las madres que se inventan aventuras para disimular la dura realidad.
Me llamo Paula.Mi nombre artístico es Paula a secas, porque me niego a usar el apellido de mi progenitor. Soy artísta. Dicen que mi arte es complicado de entender, una mezcla entre lo surrealista, lo impactante y lo luminoso. Como lo fue mi infancia.
Todo comenzó unos días antes de que llegasen a casa los Reyes Magos.Había rebuscado en el armario de mis padres para robar unos tacones de mi madre y allí al fondo, en su caja, vi una preciosa muñeca.
Mi madre me llamó desde la cocina para que merendase. Le conté lo que había visto. Al cabo de un rato me llevó hasta el mismo lugar y la muñeca ya no estaba.Mi madre me convenció de que lo había imaginado.Y eso fue solo el principio.
En febrero, un poco después del día de los enamorados, mi padre, según mi madre, había tenido que irse a trabajar fuera, muy lejos, a Australia y, si lloraba por las noches, era porque le echaba de menos, pero iba a volver en unos meses, todo según ella.
Un mes después, estuvimos jugando a hacer sombras chinescas cada noche y a vestir como los esquimales.Fue antes de que nos fuesemos de esa casa porque íbamos a vivir una aventura, según mi madre.
En abril empezamos a dormir en un hotel especial.Compartíamos mesa con un montón de gente. Todos tristes, menos mi madre, que se empeñaba en contarles a todos nuestro secreto modo de vida.
Después del verano, tras meses de hotel y aventuras varias, mi madre consiguió un buen trabajo. Pudimos tener nuestra propia comida y una casa acogedora.Me preocupó que mi padre no tuviera nuestra nueva dirección, así que le escribimos una carta juntas.La recibiría un mes más tarde, según mi madre.
Nunca se lo dije. Yo sabía que nos habían abandonado, que aquel hotel era un albergue municipal. Iba al colegio.Limpia, pero con ropa de segunda mano. Y se notaba.Y mis compañeras me hacían saber la realidad.
Pero decidme ¿Qué iba a hacer?,¿decepcionarla?,¿decirle que los cuentos que se inventaba no eran creíbles?, ¿que en sus ojos se leía lo rota que estaba? No. Rotundamente No.Ahora es distinto.Me dejo flotar entre luces, programas de ordenador 4D, escaleras infinitas, acuarelas y manchas de pintura que no dicen nada pero limpian mi frustración. No creo en el amor más allá del que siento por mí, porque soy la única que nunca me va a dejar.
Mi madre se esforzaba en contarme fantasías y mi obligación era creerlas.
Ahora soy yo quien la convencerá de que siempre la creí.De que su esfuerzo tuvo fruto y que nunca eché de menos a aquel viajero que se fue para no volver.
Así soy yo, Paula a secas y esa es mi esencia, la que hizo de mi una mujer creativa y llena de color, porque viví una pena disfrazada de la versión de una sabia: mi madre.
Os invito a seguir el trabajo de una maravillosa artísta y musa de esta historia
paula.garcia.art (instagram).