Victoria Fortún
2 min readDec 17, 2020

UN CUENTO Y UN CÓMIC

Súbita.

Todo me parecía irreal. Como si estuviera dentro del rodaje de una película. Acompañé a Jonás mientras hacían la autopsia al cuerpo de mi amiga. Tratábamos de mantenernos fuertes y nos aferramos a los recuerdos, al tiempo que elegíamos la ropa que luciría en su última reunión. Fue duro.

Quedaba lo peor. Ver su cuerpo. Sentir que ya no estaba allí.

Romeo llegó al tanatorio y me reprochó con la mirada mi presencia. Después lo intentó de otro modo, pero su tío le paró los pies.

— Susie está donde tiene que estar. Camila lo hubiera querido así— dijo.

«Jódete» pensé.

Vino mucha gente. Incluso Juan Herrera. El arquitecto que había convertido en realidad el sueño de Camila: su casa en la sierra. Por fin nos conocíamos. Llegué a la vida de Cami justo cuando empezaba a decorarla.

— Un placer conocerte, Susan. Ojalá fuese en otras circunstancias. — Dijo. Era la primera vez que me llamaban Susan.

— Igualmente. — Un placer. Eso es lo que era. Para la vista y, tengo que reconocer, que lo fue para todo lo demás.

Juan Herrera era capaz de derretir la ropa interior de cualquier mujer. Y yo esa noche era vulnerable. Al despertar le encontré acariciando mi pelo, que había teñido de lila unos días antes.

— Eres muy rara.

— Gracias. Buenos días a tí también.

— Pareces salida de un cómic— « muy sincero el buenorro»

— Tú, sin embargo eres todo lo contrario.

— ¿ Eso crees? — quiso saber.

— Eso veo. Eres increíblemente atractivo. Tienes una voz grave y follas como si hubieras nacido para esto. — Abrió los ojos sorprendido .

— Vaya, gracias.

Salí de la cama en dirección a la ducha.

— ¿Qué coño es eso? — preguntó señalando a mi gatita.

— Eso es Asia y es mi gata— dije muy dolida. Asia era diferente, como lo era yo. No iba a permitir que nadie se riera de ella. — Me voy a la ducha. En la entrada tienes un paragüero.

— ¿ Para qué? — preguntó.

— Para que recojas el palo que te sacaste del culo ayer, antes de acostarnos.

— ¿ Estás enfadada?

No contesté. Había perdido a mi mentora. Tenía hambre. Olía a sudor y a sexo y, lo más importante:no había tomado café.

No era el mejor momento. Le paralicé. Besé sus labios y le abracé.

« Adiós Juan. Tú pareces salido de un cuento. Mala combinación para un cómic».

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Written by Victoria Fortún

Me gusta contarme historias y por eso las escribo. Mi cerebro bulle . Estornudo letras. Invento ficción para no morir de un cólico de realidad.

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