VIVIR DEL CUENTO

La ilusión de mi vida siempre ha sido vivir del cuento, tal cual, crearlos y contarlos.

Trabajo de guía en un museo. A veces parezco ser contadora de historias. Elijo cada día lo que creo que va a entretener al grupo, lo que les puede hacer llevarse un recuerdo bonito o curioso. Para sermones que les hagan bostezar, ya están los libros llenos de fechas, estilos y acontecimientos históricos que no recordarán y gente mucho más versada que yo.

Pero lo que realmente me gusta es juntar todos los ingredientes, mapear una aventura. Coloco cada componente en fila y paso lista.

Protagonistas: ¡Presentes!

Lugares: ¡Aquí!

Acontecimientos que cambian la rutina: ¡Sí!

¡Ostras!

Y…¿no es la vida también un poco así?

¿No os habéis nunca imaginado a alguien de vuestro entorno, en unas circunstancias diferentes, mejor, o peor?

¿No habéis jugado a ser la bruja mala del momento y soltar maleficios tipo granos, verrugas, impotencia, y lo mejor, que se cumpla?

Yo no tengo la culpa. Me dibujaron así. Mucho Disney. Demasiados libros. Anuncios de esos de : Tu pasa el pronto y yo el paño y una señora deslizándose por una mesa.

A veces también me imagino en un psiquiátrico, con unas cuantas amigas (maléficas todas), en un sitio cálido, ya sabes tierra trágame y escúpeme donde no engordemos nunca y la cerveza y el mojito no me hagan perder más la conciencia y la consciencia.

Igual hoy es uno de esos días en los que ni yo me explico ni me entiendo.

Mañana prometo ser más racional si me lo pedís. Hoy no es el día del espectador.

En fin, colorín colorado la loquita os ha acompañado.

Felices sueños.