Victoria Fortún
2 min readFeb 3, 2021

ÉL, MI CASA.

Lo encontré entre un montón de papeles, algunos amarillentos. Estaba clasificando nuestras posesiones de toda una vida en la capital para por fin vivir cerca del mar.Lo habíamos conseguido antes de lo que esperábamos. Habían prejubilado a mi marido y la venta de mis novelas no iba nada mal. Las redes sociales, el boca a boca y un grupo de seguidores muy fieles, eran los responsables de que me autojubilase de mi trabajo “serio” para vivir de la fantasía.

El caso es, que entre las facturas había un sobre y dentro del sobre una carta de amor. Mi marido había escrito una carta a alguien que no era yo.

Te juro que sentí como si algo aplastase mi pecho ( no, no era el sujetador. Yo ya era una vieja libre de todo tipo de ataduras: tetas fuera)

Me senté en el sofá y leí.

« Ostia puta. Era un poeta» pensé.

Decía cosas preciosas. Tenía sueños, esperanzas.Se notaba que admiraba a aquella mujer, quien quiera que fuese.Halagaba su mirada, su sabiduría, su cuerpo…

Cuando le conocí, ya sabía yo que había tenido vida y obras amorosas varias. Pero…¿ Una carta de amor?

Apareció como era su costumbre, silencioso como un ninja detrás de mí.

— ¿ Te gusta la lectura? — oí que decía y me avergoncé como si estuviera haciendo algo malo.

— ¿ Puedes explicarte? — le pedí.

— ¿ Yo? — dijo divertido y pasando su brazo en torno a mí cintura.— ¿Estás celosa?

Le miré, con esa mirada mía reveladora.

Se sentó junto a mí y me puso sobre su regazo.

— Un besito y te lo cuento.

Le besé, pero enfurruñada.

— Nena, ¿ No eres tú la que dice que las palabras sin obras no son nada ?

— ¡Deja de escaquearte, joder! — protesté.

Se rió y empezó a contarme.

— Fue mi primer amor. Era mi profesora de literatura y me descubrió el mundo.

Le miré asombrada.

— No tengo que decirte a tí lo que la lectura puede hacerte sentir, ¿ Verdad?

Sonreí. Y él continuó:

— Me enamoré de sus explicaciones, de su entonación al recitar y, sobre todo, de la pasión que transmitía. Muchos años después, conocí a una mujercita preciosa que creaba historias de amor como si las viviera y se convirtió en mi mujer primero y en mi escritora favorita después.

Besó mi cuello cómo solo él sabe y lo supe. Estaba en casa. En sus brazos, en su sonrisa, en su lengua…

La mudanza sufrió un pequeño retraso. Amarnos me inspiró y escribí otra página de mi blog.

Victoria Fortún
Victoria Fortún

Written by Victoria Fortún

Me gusta contarme historias y por eso las escribo. Mi cerebro bulle . Estornudo letras. Invento ficción para no morir de un cólico de realidad.

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